El suelo, ese universo increíble y poco comprendido bajo nuestros pies, es un elemento esencial para la vida en la Tierra.
La mayoría de las personas presta poca atención al suelo, y si lo hace, suele pensar en él como suciedad. Pero el suelo es más valioso que el oro, porque sin el suelo no podemos alimentarnos, y el oro no se come.
La salud o calidad del suelo es la capacidad que éste tiene de funcionar como un ecosistema vivo que puede alimentar a plantas, animales y los seres humanos.
La salud del suelo es fundamental para producir alimentos de manera sostenible, y comprender cómo funciona el suelo, y es fundamental para mantenerlo sano.
Conceptos básicos del suelo
¿Cómo se produce un suelo?
Producir suelo es un proceso bastante sencillo, basta con coger una roca y dejarla reposar mucho tiempo. Muchísimo tiempo, unos mil años.
Durante ese tiempo, la roca se meteorizará y se disgregará en pedazos cada vez más pequeños que a la larga, formarán la estructura del suelo.
Mezclamos esa roca desintegrada con partículas de otros tipos de rocas, añadimos unos restos de plantas y animales muertos y sus subproductos, agregamos unos diez mil millones de microorganismos por gramo de suelo, conseguimos que se trasladen a él organismos de mayor tamaño y listo: hemos producido suelo.
Una visión más detallada del suelo
El suelo se compone de cinco ingredientes básicos: minerales, materia orgánica, organismos vivos, gas y agua.
Minerales
Los minerales del suelo son las partículas procedentes de la roca meteorizada por actividades físicas como el congelamiento, el deshielo, el viento y la lluvia; por actividades químicas como la lluvia ácida; o por actividades biológicas, como las de las bacterias que ingieren rocas.
Las partículas minerales se pueden clasificar en tres tamaños de orden creciente: arcilla, limo y arena.
Para hacerse una idea de la escala, si una partícula de arcilla tuviera el tamaño de una moneda, la partícula de arena tendría el tamaño de un barril de cerveza.
Los minerales representan alrededor del 45 % del suelo, y las proporciones de arcilla, limo y arena determinan sus características.
Por ejemplo, los suelos con mayor proporción de arena se clasifican como suelos arenosos. El tamaño grande de las partículas de arena hace que el suelo sea fácil de trabajar y bien drenado, pero es proclive a secarse.
Aunque los suelos con mayor cantidad de arcilla retienen mejor el agua y son menos susceptibles a secarse, son difíciles de trabajar y se calientan más lentamente en primavera.
Si conocemos el tipo de suelo y comprendemos sus características, podremos gestionar mejor los cultivos.
Materia orgánica
La materia orgánica del suelo se compone de restos de vegetales y animales muertos, microorganismos y sus subproductos.
El contenido de materia orgánica de las tierras cultivables suele estar en torno al 5 %, aunque puede oscilar entre el 2 y el 20 %.
Los suelos ricos en materia orgánica por naturaleza se clasifican como suelos orgánicos, como el chernozem, un suelo que se encuentra en la estepa euroasiática.
La materia orgánica es vital para salud del suelo, y es conveniente adoptar prácticas agrícolas que mantengan o aumenten su contenido.
Algunos de los beneficios de la materia orgánica del suelo |
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Fertilidad | La materia orgánica actúa como una reserva de nutrientes para las plantas, especialmente de nitrógeno, fósforo y azufre, además de micronutrientes, que se van liberando gradualmente a medida que la materia orgánica se descompone. |
Estructura | La materia orgánica contribuye a formar la estructura del suelo y sus agregados, lo que mejora la infiltración y la capacidad de retención de agua. |
Labores de cultivo | Facilita el trabajo del suelo, lo que reduce el coste del laboreo. |
Protección | Mezclada en el suelo, la materia orgánica ayuda a protegerlo de la erosión producida por el viento y el agua. Cuando se deposita en la superficie, reduce la evaporación y retiene la humedad del suelo. |
Nutrición | Proporciona elementos nutritivos a los organismos del suelo. |
Organismos vivos
El suelo está poblado por microorganismos como bacterias, actinomicetos, hongos, algas y protozoos, que descomponen la materia orgánica y liberan los nutrientes en el suelo para que puedan ser absorbidos por las plantas.
La fauna de mayor tamaño, como los colémbolos, los ácaros, las lombrices y las hormigas, ayuda a transportar y a integrar la materia orgánica en todo el perfil del suelo.
¿Sabía que…
El suelo es un recurso vivo que alberga a más del 25 % de la biodiversidad de nuestro planeta?
Se estima que actualmente solo conocemos el 1 % de los microorganismos del suelo, en contraste con el 80 % de las especies vegetales?
Una cucharadita de suelo contiene más organismos vivos que personas hay en el mundo?
Gas y agua
El porcentaje de gases y agua contenidos en el suelo varía dependiendo de si llueve o si está seco.
Los gases presentes en el suelo son el nitrógeno, el dióxido de carbono y el oxígeno, que se encuentran en los espacios intersticiales del suelo. El oxígeno permite respirar a las raíces de las plantas y a los organismos del suelo.
El Día Mundial del Agua se celebra cada año el 5 de diciembre, y tiene como objetivo llamar la atención sobre la importancia de un suelo sano y fomentar la gestión sostenible de los recursos de éste.
Erosión del suelo
Crear un suelo lleva mucho tiempo, pero lo podemos destruir en cuestión de minutos.
Se calcula que cada año se pierden entre 5 y 7 millones de hectáreas de terreno, o que se degradan 24.000 millones de toneladas de suelo fértil. Gran parte de estas pérdidas son atribuibles a la erosión producida por malas prácticas agrícolas.
Aunque una parte de la erosión del suelo se debe a causas naturales, el ritmo de pérdida de suelos ahora es mucho más rápido que el de recuperación, lo que significa que, si no hacemos algo al respecto, estamos reduciendo nuestra capacidad para producir alimentos.
Las principales causas de degradación del terreno son la erosión debida al viento y al agua (erosión eólica e hídrica) favorecida por las prácticas agrícolas.
Los suelos erosionados reducen la productividad agrícola, mientras que el suelo desplazado termina bloqueando los cursos de agua y puede provocar eutrofización.
La eutrofización se produce cuando los cursos de agua reciben una cantidad excesiva de nutrientes que sirven de alimento a las algas y hacen que éstas proliferen, bloqueen la luz solar y consuman todo el oxígeno, dando como resultado una zona muerta que ya no puede albergar vida.
Erosión eólica
Si el viento tiene la velocidad suficiente, puede arrastrar por la superficie las partículas de suelo de los campos expuestos en un fenómeno que se conoce como fluencia superficial.
A medida que aumenta la fuerza del viento, empieza a levantar en el aire partículas de la superficie que van soltando otras partículas al elevarse.
Una vez en el aire, las partículas del suelo pueden recorrer grandes distancias hasta que disminuye el viento.
Erosión hídrica
En los suelos expuestos, las gotas de lluvia pueden descomponer los agregados del suelo en las partículas que los conforman, que luego el agua puede arrastrar pendiente abajo.
Dependiendo de la pendiente de la parcela y el volumen y la velocidad del agua, la erosión del suelo puede ser laminar o en surcos.
Reducción de la erosión del suelo
La mejor manera de reducir el riesgo de erosión del suelo es mantenerlo cubierto.
Un suelo cubierto por un cultivo, por residuos agrícolas o por cultivos de cobertura está más protegido del impacto de la lluvia y el viento. También las raíces vivas ayudan a cohesionar el suelo y así reducir el riesgo de erosión.
“A pesar de todos nuestros logros, debemos nuestra existencia a una capa de quince centímetros de suelo y al hecho de que llueve”. Paul Harvey